El consulente sexual del punto de vista psicológico, interviene  para ayudar y orientar  al individuo o la pareja que experimenta problemas o dificultades  en la expresión y vivencia de la sexualidad, ofreciendo un enfoque especializado que aborda el problema de manera adecuada  para preservar la intimidad y el vínculo emocional y mejorar así la calidad general de la relación.

Las dificultades sexuales pueden surgir a causa  de conflictos en la relación de pareja ocasionados por una comunicación inadecuada que genera  malentendidos o rencores más o menos conscientes, y sin embargo tengan la creencia que el problema está centralizado en el funcionamiento de un órgano y que todo se resolverá con el tratamiento de dicho órgano.  

Otra posible causa de una dificultad sexual es la fijación por el  buen desempeño sexual que  trae como consecuencia una ansiedad anticipatoria asociada a la idea de un fracaso o de no rendir adecuadamente, lo que puede ocasionar por ejemplo, un calo en la excitación o en la erección. Para reducir la ansiedad, el malestar y la culpa, se interviene por ejemplo, con técnicas de relajación y  mindfulness, de tal manera que se pueda elaborar los temores y así emergan reacciones placenteras  que conducirán a una conducta sexual más apropiada.

Un aspecto notorio, es la  fluidez sexual que se manifiesta con mayor incidencia en los individuos no heterosexuales, quienes manifiestan muchas veces la misma problemática de los individuales heterosexuales; en casos de  confusión o incertidumbre sobre el orientación sexual se tiene en cuenta  las diversas expresiones de la sexualidad para realizar en primer lugar un abordaje psicoeducativo que  ayude a comprender y aceptar plenamente quién es uno realmente y cuál es su orientación.

En general a partir de la definición del problema, será posible en primer lugar, plantear un enfoque psicoeducativo con  determinadas  actividades  que conducirán a mejorar la relación con el cuerpo,  reconocer cómo funciona, descubrir las zonas erógenas, cómo se disfruta de la estimulación,  explorar las fantasías sexuales; así también a utilizar en ciertas dificultades sexuales, técnicas como el enfoque sensorial y aprender a controlar el cuerpo, por ejemplo, para relajar  los músculos, controlar los impulsos eyaculatorios, entre otros; la  finalidad es resolver la dificultad sexual emergente.